domingo, 2 de noviembre de 2025

Su marca

Llegó con la lluvia,
como si el cielo lo hubiera dejado caer
solo para mojarme el alma.

Traía el frío en la ropa,
la humedad en los labios,
y esa mirada que parece prometerlo todo
sin decir nada.

Le di mi abrigo,
y él me devolvió el fuego.
Sus labios encontraron los míos sin pedir permiso,
como si el tiempo se hubiera detenido solo para mirarnos.
Mientras el mundo, afuera,
era pura tormenta,
pero aqui dentro, todo era calma.

Lo tuve cerca,
tan cerca que el mundo se borró.
El cuerpo entendió su idioma,
sin traductores,
sin culpa,
sin edad.

Después, el silencio.
Nos hablamos con las manos,
con los cuerpos,
con esa respiración entrecortada
que parecía una plegaria.

Su respiración aún flotando,
sus manos aún en mi espalda,
mi nombre en su boca,
y un hilo invisible
que no se rompe,
aunque la noche se acabe.

Dijo que le gustaba que sea intenso.
Yo solo supe que había vuelto a sentir.

Hay algo en su manera de mirar
que no sabe de prudencia,
que juega con el tiempo
como quien juega con fuego.

Y yo,
que ya aprendí a no pedir promesas,
le dejo entrar,
le cocino,
le espero.

Su cuello era mi ofrenda,
el mío, su territorio.
En su cuello dejé mi nombre,
y en el mío
se quedó su huella,
como un pacto sin palabras,
como un tatuaje hecho de deseo.

Su pecho contra el mío,
mi abrazo que no quería soltarlo.
Y cuando se va,
mi cuarto huele a vértigo,
a eso que no se puede retener
pero tampoco se olvida.

jueves, 30 de octubre de 2025

Sin disfraz

El aire pesa,
como si el cielo supiera
que ya no tengo ganas de fingir.

Todo se me cae de los hombros.
Lo sostuve para no perder,
pero la fiesta del mundo ya no me llama,
no me interesa más.

Hay risas que suenan huecas,
copas que se chocan sin brindis,
palabras que no dicen nada.

Yo solo quiero silencio,
un rincón donde no duela pensar.

He tocado puertas
que solo se devolvieron eco,
hablé con rostros, máscaras
que olvidaron escuchar.

Me dijeron aburrido
por no naufragar en su licor,
pero yo no busco naufragios,
busco orillas.

La gente ríe, y ya no les creo.
Las luces brillan,
y ninguna me nombra.

El dinero se escapa,
como el agua de las manos.
Y la esperanza,
esa vieja compañera,
hace rato que no contesta.

No quiero volver atrás,
pero tampoco sé cómo seguir.

Hay noches en que el cuerpo
se hace humo,
y el alma solo pide dormir.

No quiero desaparecer.
Solo quiero que el mundo
me abrace sin ruido,
sin máscaras,
sin disfraz.

domingo, 19 de octubre de 2025

Elfo

No supe cuándo empezó el incendio,
solo recuerdo su respiración cerca,
como si el aire buscara en mí su casa.

Era alto, delgado,
una línea de fuego dibujada sobre mi piel.
Lo miré y mi mundo se calmó un poco.
Todo lo demás se volvió ruido,
sobró la distancia,
sobró el miedo.

Sus labios eran pregunta y respuesta,
una frontera que se rendía.
Yo también me rendí,
dejé que el cuerpo hablara,
que dijera lo que las palabras no sabían.

Nos reconocimos sin mapa,
sin aviso,
en la urgencia de dos desconocidos
que ya se habían esperado demasiado.

La noche se abrió como una puerta
y entramos sin permiso,
sin reloj,
sin juicio.

Después, el silencio nos sostuvo.
El aire pesaba distinto,
y cuando se fue,
dejando el olor de su nombre en mis sábanas,
entendí que hay encuentros
que queman lo suficiente
para saber que seguimos vivos.

jueves, 21 de agosto de 2025

Corona

Un embuste,
un faro encendido que no alumbra,
porque la marea se llenó de espejos rotos
y mi reflejo, por poco, se quiebra.

En la penumbra,
dos astros disputaban un mismo eclipse,
y la piel,
como un pergamino secreto,
guarda signos que no me pertenecen.

Lo entiendo.

Camino entre cristales
con los pies desnudos,
y cada herida es un diamante
que nadie podrá tocar.

Mi viaje no se permuta,
llevo conmigo mi propio escenario,
la corona invisible,
la que jamás se inclina
ante nadie.

domingo, 3 de agosto de 2025

Feria

Nos subimos a todo,
como si el vértigo nos quitara el miedo
y el viento nos dijera
que ser felices también era urgente.

Me llevaste al vértigo
y giré en tu órbita.
Fuimos lanzados como monedas
al vacío brillante del aire.
Gritamos, no por miedo
sino porque esa era la única forma de quedarnos.

Tus manos,
en medio del sacudón
buscaron las mías,
y ahí estábamos:
dos niños grandes
jugando a que la vida no dolía.

Éramos dos gritos
bailando en el espiral,
tú, con la cara al viento,
yo, con el corazón volando sin permiso,
yo, con los pies apenas sujetos a la tierra,
te miraba volar.

Te vi hermoso
en medio del caos,
como si el equilibrio no importara
cuando el otro está cerca.

De juego en juego
la noche nos revolvía
como si el cielo se hubiese olvidado
cómo mantenernos quietos.

Yo, torpe y feliz,
te seguía solo sabiendo
que tu risa era un sitio seguro.
Y tu,
la criatura más imposible
de todos mis sueños.

Hubiera escrito tu nombre en una nube
si me hubieran dejado.

Toma este algodón de azúcar
como quien ofrece una nube
para quedarse en ella,
como quien ofrece un corazón
disfrazado de merienda.
como si la ternura
fuese aún legal en este país de sombras.

Y al final,
cuando los ruidos se apagaron
y solo quedaban luces borrosas,
no sabía cómo esconderlo
sin mentirme.

No supe si decirlo era trampa.
Pero lo dije.
te dije: me gustás.
Y eso bastó.
Porque de todas las vueltas,
la tuya
fue la que de verdad
me dejó de cabeza.

lunes, 21 de julio de 2025

Ángel

Me parece recordarte.

Sentirte suave,

en una helada, tibio.

Tu risa que quiero escuchar,

tu risa que escucho aun dormido.


Te miro y no me canso.

Eres como una canción que no se agota,

eres algo más que un nombre bonito,

ese que no quieres mencionar.


Te abracé.

Y el mundo se acomodó distinto.

Hubo algo en tu olor, en tu pecho.

Llevas el fuego sin quemarte.


No sé por qué te miro así…


He querido pronunciarte

como quien aprende un idioma nuevo

solo para decir:

quédate.


Si te vas, llévate este poema.


Y si algún día te cansás del pasado,

en este presente el horizonte es un paisaje.

Un presente con lo que sueñas,

con lo que eres.


No sé si te has dado cuenta
ese modo tan tuyo

de mirar como si entendieras

algo que los demás no.


El caso es que aparecés

y se me acomoda el día.


Te abrazaría cada vez que pudiera,

te cuidaría hasta que te dejes cuidar.

Mi fetiche también es querer bonito.


Yo sigo aquí,

intentando escribirte lo que me pasa

sin que suene a trampa,

sin condiciones,

sin apuros,

sin juicio,

sin miedo,

sin pasado,

sin que duela antes de tiempo.


Si supieras…


martes, 1 de julio de 2025

Testigo

Lo vi aparecer entre bambalinas.
Pequeño, sí,
pero con la grandeza de quien pisa un escenario
y no duda del fuego en sus pasos.

Allí estabas,
bajo los focos,
con el cuerpo que decía: libertad.
Tu forma única de estar en un mundo
que desarma.
Cantabas como si el aire fuera tuyo,
bailabas como si la gravedad te debiera explicaciones,
actuabas como si el mundo, por fin, tuviera sentido.

Y yo,
apenas una sombra en la orilla,
miraba callado,
con ese temblor que solo ocurre
cuando algo te despierta sin tocarte.

“Me gustas”, susurré en medio del hielo.
No sé si me oíste
o si fingiste no escuchar.
Desde entonces,
camino con este corazón adolescente,
esperando tal vez un segundo acto,
una escena compartida,
un diálogo sin guion,
donde tú me mires
como yo ya no puedo dejar de mirar.

Te soñé.
Pero no como se sueña lo imposible,
sino como se sueña lo que se anhela:
con cuidado,
con vértigo,
como si un pestañeo pudiera borrarlo todo.

Quisiera registrar el temblor exacto
que dejas cuando pasas,
la manera en que el mundo se ensancha
cuando decides estar en él.

Quisiera seguir viéndote brillar,
aunque yo me quede en penumbra,
aunque solo sea un testigo.

No me importan los finales.
Hay algo en ti
que basta con mirarlo una vez
para entender
que algunas presencias
no necesitan quedarse
para haber sido eternas.

jueves, 29 de mayo de 2025

Donde arde lo cierto

No vine a fingir sonrisas.
Ni a mendigar espacios.
Ni a callarme el brillo para que otros no se sientan opacados.

Desde hace tiempo aprendí
que hay fuegos que no se apagan,
aunque alrededor sople la envidia con cara de aliado,
aunque disfrazada de acuerdo,
la traición se sienta en el aire.

Yo no nací para eso.

Traigo un mantra tatuado al alma,
me lo repito antes de que el sol me toque los párpados:
Por qué soy luz,
Llevo paz,
Tengo amor,
Y camino en libertad.

No es una promesa,
es una advertencia.

He dado lo mejor de mí incluso cuando el silencio pesaba,
cuando me dejaron solo con todo el amor aún latiendo,
cuando escribí versos para quienes nunca supieron sostener ni una palabra.
Y aún así, no me rompo.

Porque no vine a ser parte del rebaño
de los tibios,
de los que postergan,
de los que miran el fuego de otro y, por no tener uno propio,
quieren apagarlo.

Trabajo con la vida entre las manos.
Con el arte como oficio.
Con la ternura que se gana en el escenario a pesar de  las heridas.

No temo incomodar si mi entrega revela tu pereza,
Tu mediocridad.
No me detengo por excusas que disfrazan cobardía.
Y si brillan menos al lado mío,
que aprendan a mirar el sol sin escupirlo.

Porque yo no vine a apagarte,
vine a encender todos los días lo que soy.

Hoy, desde estas montañas,
vuelvo a jurarme lealtad.

Sigo.
No porque me dejen.
Sigo porque soy.
Y eso,
aunque les moleste,
me basta.

jueves, 15 de mayo de 2025

16/05/1994

(para mí mismo, en mi cumpleaños)

Nací un 16 de mayo,
cuando el viaje apenas pestañeaba,
y el mundo aún no sabía
qué iba a hacer con tanta nostalgia.

El cielo tenía una herida abierta
y yo vine a curarla con palabras.
Mis manos eran semillas,
mi llanto una promesa.

Desde entonces, he sido muchas veces:
ave extraviada,
niño que habla con espejos,
amante del abismo,
paraguas abierto bajo la lluvia.

He amado hasta doler,
he escrito para no romperme,
he perdido, he huido,
y he vuelto,
más mío, más feroz, más libre.

Cada año es un cuerpo nuevo.
Y en este. Sí, en este.
me celebro como fuego que no pide permiso,
como verdad que ya no se esconde,
como un hombre que danza
con la vida aunque queme.

Soy hijo de una utopía tatuada en el pecho,
un viaje sin mapa ni destino fijo,
una sirena que canta bajo el agua de su propio llanto
y también que canta cuando ríe.

Soy hippie sin quererlo,
con el alma suelta, el amor sin reglas
y el deseo escrito en la piel del viento.

A veces también soy payaso
que esconde el dolor tras una nariz roja,
que hace reír para no llorar,
que ama con la ingenuidad de quien todavía cree
que el mundo puede ser más tierno.

Hoy cumplo años
como quien abre los brazos al viento
y se deja llevar,
sabiendo que el amor, el real,
siempre empieza por uno mismo.

Y si esta vida es un escenario,
yo elijo seguir bailando,
aunque no haya música.
Yo elijo seguir amando,
aunque no haya testigos.
Yo elijo seguir naciendo
cada vez que escribo mi nombre.

martes, 13 de mayo de 2025

Fuego y fuga

No sé cómo lo hiciste,
pero te quedaste en mi piel
como si las noches pudieran tatuarse.

Llegaste con ese cuerpo
que desarma silencios,
piernas firmes, espalda ancha,
labios que sabían exactamente dónde terminar la espera.

Me miraste, y empecé a arder.
Fuiste todo deseo,
pero también algo tierno,
ese gesto suave entre gemido y aliento
que me decía que el placer también puede ser refugio.

Entré en ti como quien vuelve a casa,
como quien reconoce su lugar
en medio de lo salvaje.

Y tú me tomaste,
sin miedo, sin pausa,
como si el mundo se acabara en ese instante
y nada más importara.

Fuimos jadeo,
ritmo,
boca,
sudor,
esas horas donde no existía nada
más que el aliento del otro.

Hoy solo quedan tus marcas en mi memoria,
el eco de tu voz hablando
cuando ya no eras capaz de decir nada más.

No sé si volverás,
pero pensarte puede encender la noche,
aunque no estés.

domingo, 11 de mayo de 2025

Fantasma en la orilla de tu nombre

Fui tu raíz en un desierto sin sed,
te regué con los dedos partidos de tanto dar.
Me puse el sol en la espalda
para que nunca te falte un amanecer.

Dormías como un niño,
yo velaba como una estrella rota.
Me arrodillé en cada silencio,
te escribí con el cuerpo los poemas
que tú no sabías leer.

Tu amor era una pluma que no flotaba.
Y yo me lancé igual,
me hundí en tu marea ingrata,
pero incluso allí,
incluso en lo más hondo,
brillaba.

Me volví la sombra de mí
por abrazar tu sombra.
Me volví hielo de tanto no arder contigo.
Y cuando mi alma se golpeó
contra las paredes de lo injusto,
decidí incendiarme solo.

Me fui.
Con el pecho agujereado pero el alma entera.
Ahora vivo donde no me sigues,
donde el cielo no se repite,
donde nadie da menos de lo que doy.

Y tú,
tan fácil,
tan niño,
tan incapaz de sostener tu propio peso,
te colgaste de otro.

Pero tú sabes.
tú sabes que cuando el silencio
se acuesta contigo,
la piel que te abraza jamás sabrá el mapa
de tus sombras como mis manos.

Yo fui un faro.
Tú, una barco sin timón.
Y aunque hoy seas apenas eco
en la caverna de mi historia,
a veces te sueño.

Y esta vez
ningún sueño se quedará
a espantarme la noche.
Por eso despierto
y soy libre.

viernes, 14 de marzo de 2025

A donde vayas

Eres la risa que aún resuena en las calles vacías,
el eco de una broma compartida bajo las luces del teatro,
la sombra que baila conmigo
cuando nadie más entiende la locura.

Eres mi faro en la oscuridad,
mi refugio cuando la tormenta se vuelve demasiada,
cuando el mundo pesa y la locura se siente de nuevo,
cuando solo queda el silencio
y necesito que alguien lo rompa con un "todo estará bien".

Hemos sido el caos y la ternura,
los susurros cómplices en madrugadas eternas,
los pasos descalzos corriendo hacia lo desconocido.
Nos hemos encontrado en cada despedida,
nos hemos reído de la vida hasta que nos dolieron las costillas,
y aún en la distancia, sigues aquí,
en cada rincón donde la memoria brilla.

A veces soy un fantasma,
perdido entre mis propios demonios,
pero si me llamas, siempre acudiré.
Porque una amistad como la nuestra
no entiende de relojes ni de kilómetros,
es una casa sin puertas,
es un abrazo sin fin.

No importa cuánto tiempo pase,
ni cuántos escenarios nos separen,
siempre serás mi risa favorita,
mi historia compartida,
mi certeza de que hay almas
que jamás se sueltan.

sábado, 1 de marzo de 2025

El amor hace al mundo brillar

Tú eres el amor que nunca pide, que no ata ni exige; el amor que respira conmigo, aun cuando mis pasos se alejan para buscar otros horizontes. Eres como el faro que ilumina incluso cuando me pierdo en mis tormentas, el reflejo que me recuerda quién soy, incluso cuando me cuesta reconocerme.

Te amo porque me miras sin tratar de descifrarme, porque amas mis ruinas con la misma ternura con la que amas lo que florece en mí. Contigo, no tengo que explicarme, porque sabes que dentro de cada risa hay una herida que se cura al ser comprendida. Me miras, y en esa mirada me encuentro libre, no atrapado.

A veces me abruman las ganas de desaparecer, de soltar todo y quedarme solo con el aire y el silencio. Pero siempre hay algo tuyo que me llama de vuelta: tu voz suave como un recuerdo que no quiero olvidar, tu mano firme en la mía, como si dijera “puedes irte, pero aquí estaré si decides volver”.

Eres mi verdadero amor, porque tu amor no es trinchera ni jaula, sino un espacio abierto, inmenso, donde puedo danzar entre quedarme y partir, siempre con el corazón latiendo por ti.

El amor hace al mundo brillar. Lo llevo tatuado en mi piel, pero tú lo grabaste en mi alma. Y aunque el camino me lleve lejos, siempre estarás en mi brújula, como el norte más cierto, como el hogar al que siempre quiero volver.

Su marca

Llegó con la lluvia, como si el cielo lo hubiera dejado caer solo para mojarme el alma. Traía el frío en la ropa, la humedad en los labios, ...