miércoles, 2 de enero de 2013

Nix



Atravieso mis pies entre granos de arena en medio de una nueva madruga
serena a pesar de los bombardeos de luz producidos por almas felices igual que yo
aunque cansado y ebrio sin importar caerme, sacudirme y correr sin detenerme
escucho tu voz a lo lejos percatándome que estas al otro extremo de la marea sosiega y tibia que trata de humedecer mis dedos calurosos por sentirte a mi costado
y me pierdo conjeturando tocar tus brazos con mis brazos y tu espalda con mi espalda y mi boca con tu boca
y me choco encontrando tu silueta casi cerca y quiero correr y golpear mi pecho contra el tuyo
pero te abrazo tenuemente mientras mis ventrículos bombardean sangre apresuradamente
y recorriendo juntos la noche me pierdo nuevamente pero esta vez en el brillo de tus pupilas y exijo a mis nervios orden
mientras una turba de cuerpos excitados por Baco corren dando gritillos insonoros que hacen que escape junto a ti y en medio de la brisa rogando tus perdones
siento cálido el cuerpo, los dedos, las piernas, el cuello
y desojas mis labios suavemente como diente de león soplado en cámara lenta mientras suavizas mis sentidos concibiendo tus dedos de algodón pasar por el eje de mi columna
y me aferro a tus poros y no quiero soltarte y no quiero irme y no quiero dejar de mirarte
y en el brillo de tus ojos y leyendo tus labios escucho tres palabras que me estremecen y no me sueltes porque si quiero, si quiero.













Jalar el gatillo

Necesito salir,  hace mucho que estoy en esta misma situación. Los autos de la ciudad me nublaron con su humo. Lo sé, es cuestión de ida y v...