Nada tiene de malo que dos personas de un mismo sexo se amen.
Gracias a nuestra intolerante sociedad, y a sus cavernícolas habitantes los homosexuales han sufrido y todavía sufren una discriminación muy injusta. Yo los apoyo, y encuentro muy cierto lo que argumentan.
El amor es una maravilla, y hay que celebrarlo siempre. Yo estoy a favor que las personas sean felices y vivan el amor. La vida es una aventura incompleta si uno no encuentra nunca el amor. El amor tiene muchas manifestaciones y el amor homosexual es una de ellas.
Pienso que el amor entre dos personas de un mismo sexo es tan legítimo y respetable como el amor heterosexual.
Algunos mandriles homofóbicos e ignorantes insisten en condenar a los gays, los argumentos que usan suelen ser vacías estupideces como:
La homosexualidad no es natural; ofende a Dios; es una enfermedad que debe ser curada; amenaza con destruir a las familias; no es una expresión de amor sino de lujuria pervertida; atenta contra la reproducción de la especie; y es inmoral.
Ser gay es perfectamente natural. Alguna gente nace así, lo natural es lo que ocurre sin forzar las cosas, en armonía con la naturaleza. Muchas personas desde pequeñas, sienten una atracción natural por otras personas de su mismo sexo. Eso ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo. Yo tengo amigos gays, he conversado con ellos, y muchos se han sentido gays desde niños, es decir, desde siempre.
En cambio no sería natural obligarlos a estar con una mujer, si las mujeres no les gustan, ¿por qué los vamos a forzar a acostarse con ellas o a vivir en absoluta castidad? Eso sería una crueldad, ellos también tienen derecho a ser felices y a llevar adelante su vida como les plazca. Eso es lo natural.
Por último, ser gay no es inmoral. ¿Qué moral es la que condena a la homosexualidad? Yo no acepto que mi sentido de la moral, de lo que está bien y lo que está mal, me lo digan otras personas.
Cada uno sabe, en el fondo de su conciencia, lo que está bien y lo que está mal. Y yo honestamente creo que es inmoral decirle a una persona homosexual que no puede expresar sus sentimientos libremente, que debe renunciar al amor, que debe vivir una vida amargada, reprimida y avergonzada.
