domingo, 17 de mayo de 2015

Heroína en el Cielo

Ahora que estoy aquí empiezo a recordar… era un bebe, un bebe hermoso, su madre no dejaba de llorar de la emoción cuando por primera vez lo tuvo entre sus brazos… sentía su piel tibia y suavecita, su manito apretaba el dedo de su padre, fuerte, fuerte, bonito.
¡Es un niño! ¡Es un niño! Toda la familia estaba contentísima, el primogénito era un niño. Su padre saltaba de la alegría.
Besos, abrazos, juegos y caramelos. Era muy querido por todos, afortunado el pequeño. Su madre era la persona a la cual más admiraba, la veía como una heroína… su heroína, la mujer que le dio la vida, ¡La mujer Maravilla! ¡Wonder Woman! Su personaje favorito de ficción, ficción que en su temprana vida era toda una realidad.
¡Mi mamá es una heroína! ¡Mi mamá tiene súper fuerza! ¡Mi mamá es bonita! … De grande quiero ser como mi mamá.
Corrió hacia el cuarto de su mamá, se miró en su espejo y vio detenidamente su rostro… los mismos ojos, los mismos labios y  la misma nariz delgadita y delicada, él sonrió y de pronto cogió esto y lo otro y se puso algo de aquí y algo de por allá, pensaba: esto sirve, esto está lindo, así hace mi mamá todas las mañanas antes de ir a trabajar, en las fiestas usa este… ¡Ya está!
¡Mírenme, mírenme soy como mamá, soy una mujer hermosa! Gritaba mientras corría por toda la casa con una sonrisa de oreja a oreja, nunca antes se había sentido tan feliz, tenía 7 años y algo muy claro: él no era él, él más bien ella era una niña, una mujer, kera igual a su mamá, igual a la mujer maravilla, ella era hermosa.
Sus padres petrificados entre nerviosos y disgustados solo atinaron a decir ¿Qué haces vestido así? El, ella, su hijo o hija en ciencia cierta hasta ese entonces desconocido por ellos seguía gritando: ¡Soy una niña! ¡Mamá soy tan bella como tú! ¡Papá quiero que alguien como tú que se enamoró de mamá se enamore de mi cuando sea grande!
¡Quítate esa ropa! Gritaron al unísono, ¿Si se veía hermosa, por qué tenía que quitarse la ropa? ¿Por qué le gritaban? ¿Por qué no eran felices juntos los tres?
Desde ese entonces entendió que no podía decir lo que todas las noches soñaba con ser,  se veía adulta, con tacones y vestido, volando y cruzando las nubes hasta que de pronto tenía que descender y salvar a personas en peligro, soñaba con ser una heroína, la más fuerte de todas, pero lamentablemente no podía contarlo.
¡Me gusta volar! Siempre que vuelo no dejo de mirar abajo, porque siempre hay alguien que necesita ayuda y yo lo ayudaré… ¡Mariano! Mariano necesita ayuda. Pero que vergüenza, el me gusta mucho, cuando seamos grandes desearía casarme con él.
Mariano era el niño que le gustaba, siempre lo invitaba a jugar con los otros niños, pero ella prefería solo mirarlo, soñaba que tenía que salvarlo, estaba atrapado en una casa en llamas, ¿Y si se daba cuenta que le gustaba? ¿Cómo le decía que le gustaría que fuese su esposo? Pensó y se decidió: Uno, dos, ¡tres! Despertó, mamá la despertó, hora de ir al colegio. ¡Qué bien! Iba poder ver  a Mariano de nuevo y salvarlo del fuego.
¡Mariano! ¡Mariano! Soñé que estaba a punto de salvarte, estabas atrapado en una casa en llamas, cuídate mucho ¿sí? Cuando seamos grandes ¿Te casarías conmigo? Mariano la empujo, ella frágil cayó al suelo. ¡Entre los hombres no se pueden casar! ¡No te me acerques! Él no era él, él era una niña, sus padres no lo entendían, Mariano tampoco ¿Qué podía hacer?
Los años pasaron y llego un momento en que decidió hablar con sus papás, ella estaba viviendo una vida equivocada, quería ser feliz.
¡Soy una mujer! ¡Soy una mujer hermosa como tu mamá! Entiéndanme, ¡Papá soy una mujer!, por favor entiéndanme. Su padre la miro fijamente a los ojos y le dijo quiero que seas lo que eres, quiero que seas feliz.
Mamá tardo en aceptarlo, pero ahora era feliz, una mujer feliz.
A los 24 años comenzó con lo que finalmente le daría lo que siempre quiso, una apariencia femenina: tratamiento de hormonas que ayudaría a que la grasa se redistribuyera de manera diferente yéndose hacia sus caderas y pechos, su voz de alguna forma se agudizaría, la forma de su rostro cambiaría y sus rasgos físicos lograrían feminizarse, además se desaparecería una gran cantidad del vello de su cuerpo y finalmente luz pulsada, fotodepilación con láser en el bello para desaparecerlo completamente. Así con mucho esfuerzo y apoyo de sus padres se estaba convirtiendo en el ser más hermoso que su interior exteriorizaba.
¡Quiero ayudar a otros! Quiero ser psicóloga, quiero ayudar a otros a realizar sus sueños y a ser lo que quieren ser, a ser felices a no detenerse a siempre seguir sus sueños, ¡Quiero ser una heroína!
En la universidad las cosas fueron difíciles, algunos alumnos le gritaban cosas, ella pensaba yo soy una mujer desde que nací, mírenme, soy una persona bella y estoy segura que ustedes que me gritan insultos también lo son por dentro.
Era una tarde soleada, muy bonita y ella estaba haciendo un trabajo en donde investigaba y analizaba el comportamiento de las personas junto con un amigo, estuvo haciendo ensayos y recopilando información.
¿Qué te parece si yo te cuento lo que las personas me dijeron y tú me haces una evaluación como si fuera ellas?
Entonces comenzó actuando/representando lo que la gente le decía y llego un momento en el que decía el testimonio de una chica: A mí nadie me conoce, no tengo amigos, ni una persona cercana, me siento apartada, cuando de pronto sin darse cuenta, entró una chica a darle a su amigo unas cosa, luego de ello se volteó hacia ella, la miró, le extendió la mano y le pregunto cómo se llamaba, ella le dijo su nombre, y le respondió mucho gusto mi nombre es Claudia y ahora ya conoces a alguien, se voltio y se fue, y nunca más la volvió a ver. Fue algo que le sorprendió, no sabía cómo reaccionar, sonrió tímidamente, y en su interior le entro un sentimiento extraño, nunca antes había sentido algo así, pues le llamo la atención mucho lo que hizo ella sin pretensión de nada, sin buscar nada a cambio, simplemente busco la oportunidad de ayudar a alguien.
Se dio cuenta en ese instante que todos podríamos ser heroínas y héroes, que cualquiera podía volar y rescatar a alguien.
Ya era una mujer, una Heroína y una persona feliz, hasta que tuvo que partir como todos lo hacen en algún momento, pero antes de partir pensó: Nadie me puede juzgar, yo nací así y eso lo sabe el de arriba, al que voy a ver ahora que vuelo hacia él, él me podrá juzgar, al final todos tenemos defectos, solo no olvidemos volar, amar y salvar…

¡Ya llegue! Y ahora que ya llegue vuelvo a recordar que soy feliz de haber llegado aquí hecha una mujer, la mujer maravilla, Wonder Woman…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Jalar el gatillo

Necesito salir,  hace mucho que estoy en esta misma situación. Los autos de la ciudad me nublaron con su humo. Lo sé, es cuestión de ida y v...