Me subo a este viaje,
me sumo una vez y otra
a la montaña rusa,
a las carreras.
Es muy agobiante un cerebro lento,
una mente nublada de miedos,
de baches, siempre los mismos.
Me fui en este viaje,
nuevamente y otra vez,
al límite,
al punto extremo,
difícil de controlar si no te das cuenta.
Ya lo veo más claro:
con herramientas de mecánico en las manos,
se aflojó la tuerca;
toca ajustar todos los engranajes.
Podría ser una máquina,
pero es mucho más que eso:
es todo y es más.
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