Hoy, las flores no llegaron,
pero en su lugar,
traigo brotes en mi pecho alborotado de latidos.
A veces el silencio es el jardín más bello,
y en nuestras risas compartidas,
en los suaves momentos de las mañanas en el murmullo
de lo que somos, encuentro la calma.
Tu sonrisa que me despierta,
tus labios que me tocan
y en los momentos más simples
como dormir a tu lado,
se dibujan universos que sólo nosotros entendemos.
No traigo hoy las flores que quisieras,
pero sí traigo cada sonrisa que haces nacer en mí.
Gracias por ser.
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